Camellos:
Hace miles de años que fueron domesticados.
Prácticamente no se los encuentra en estado salvaje, por lo que sus conductas
son condicionadas por el manejo del hombre. Viven en rebaños mixtos.
Vicuñas:
Viven en grupos compuestos por un macho dominante y
varias hembras adultas (de 2 a 4) con sus crías. El macho lidera el grupo,
determina los límites del territorio (tienen un territorio para alimentarse y otro
para dormir) y mantiene alejados a otros machos, que suelen formar grupos
aparte de hasta 30 individuos. En caso de peligro el macho dará la voz de
alarma a las hembras con fuerte silbidos y gritos; y se colocará entre ellas y
la fuente de peligro. A diferencia de la mayoría de los camélidos, las vicuñas
necesitan beber todos los días aunque deban caminar mucho para encontrar agua. No
arrancan, cortan las plantas con los dientes, permitiendo el rebrote.
Llamas:
No hay datos sobre la vida social de la llama ya que
no vive en estado salvaje aunque se la deja pastar libremente. Se cree que su
comportamiento es territorial y vive en harenes de un macho y varias hembras,
al igual que la vicuña y el guanaco. Se
la considera un descendiente domesticado de éste último. Es muy dócil, pero
para defenderse escupe con fuerza una mezcla de saliva con pastos o hierbas
digeridos a medias. Aunque no es agradable, es inofensivo para el ser humano. Se
la usaba originariamente como animal de carga, igual que al burro o a la mula,
es tranquila y obediente y puede transportar una carga de 90kg durante 25km a
más de 4000m de altura. Actualmente se la cría como animal de producción de
carne, leche y lana para hacer tejidos. También se utiliza la grasa para hacer
velas y su excremento deshidratado se convertía en combustible. Por esto se
dice que el Imperio Inca se organizaba en torno a la llama, quienes son los
responsables de su domesticación.
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